Cuando mediante el Ars Arcanum se busca la manipulación de
lo real mediante la ejecución de la propia voluntad e intelecto, es fácil caer
en el error común de los adeptos: creer que se realiza una transformación en el
mundo para obtener un beneficio tangible e inmediato. Esto es una falsedad
vulgar, pues el propósito auténtico de ejecutar la voluntad sobre el mundo
comparte la misma intencionalidad que la del artista cuando realiza su obra, es
decir, obedece a necesidades del alma buscando resultados útiles sólo para su
propio ser interior, y si es posible, en segundo lugar, se obtiene el beneficio
material como un resultado residual.
Se busca transformar la realidad para despertar a la mente a
la verdad de que es ella misma, y no objeto o fenómeno alguno del mundo, quien
determina la realidad, y que la solidez aparente de lo tangible es únicamente “sólida”
en cuanto la misma mente así lo dictamine.
Comprendiendo esta verdad se entiende a la vez que la
naturaleza de los resultados, independientemente de ser clasificados como
positivos o negativos, son igualmente iluminadores, pues mientras cumplan la
finalidad de demostrar la sumisión implícita de la materia hacia la
intencionalidad profunda de la mente, están revelando la falsedad misma del
escenario sobre el cual se pretenden realizar juicios de bien o mal, los cuales
no tienen fundamento si el escenario
mismo carece de realidad. ¿Qué tan buenos o malos pueden ser los actos que
realizamos dentro de un sueño?
Es por esto que para el Ars, las clasificaciones de “blanca”
o “negra” son producto de un juicio que aún no ha despertado a la verdad: el
desarrollo de los fenómenos carece de cualidades pues ellos son meramente el
producto obediente y transitorio de una Mens Aeterna. Nada positivo o negativo
puede obtenerse de las relaciones con el mundo y las cosas mientras estás
relaciones estén teñidas de afecto, es decir, contengan preferencias y
expectativas personales que producen que el espíritu se apegue a las formas de
la falsedad material, enajenándose en las circunstancias de la vida física. El caer en tales juicios o en cualquier inclinación afectiva por los
resultados obtenidos de la ejecución de la voluntad en el Ars, es el verdadero
mal original, pues el espíritu se mantiene esclavo y servil en concubinato con
alguna de estas posturas aparentemente opuestas, jugueteando entre dos manos,
apegándose a una y rechazando a otra, las cuales detrás del telón que
pertenecen a la misma Mentira.
Cuando se identifica la auténtica meta de la realización de toda obra dentro de uno mismo, identificando el esfuerzo y el logro sobre lo material como únicamente la excusa para el ejercicio del espíritu y no como una finalidad en sí mismo, se puede trascender el riesgo primario de lograr el éxito en la obra y quedar preso de ese éxito, habiendo olvidado que el triunfo tangible es una ilusión y de hecho la primera y más eficaz trampa que detiene a aquel que ha iniciado su camino espiritual. En cambio, si se cae en la auto-satisfacción del poder recién descubierto y se olvida que lo hecho es sólo hecho para revelar la naturaleza reinante de quien lo hace (Spiritus) así como para procurar su ejercicio y evolución, se cae nuevamente y más profundo en la esclavitud en el reino del Demiurgos, alejándose aún más del amor de Sophia al aferrarse con aún mayor tenacidad al abrazo del olvido. Icaros es devorado por el sol y la bestia entierra sus garras en el cuerpo de Adán.
El gobierno de la ilusión es insubstancial en cada rincón ¿Qué vale un océano de nada? El engaño está en creer que la acumulación de vacío acabará por llenar la vacuidad, pero incluso la corona más lujosa es sólo un estigma de falsedad, un reinado de polvo. Cuídate de la corona de falso oro.
Cuando se identifica la auténtica meta de la realización de toda obra dentro de uno mismo, identificando el esfuerzo y el logro sobre lo material como únicamente la excusa para el ejercicio del espíritu y no como una finalidad en sí mismo, se puede trascender el riesgo primario de lograr el éxito en la obra y quedar preso de ese éxito, habiendo olvidado que el triunfo tangible es una ilusión y de hecho la primera y más eficaz trampa que detiene a aquel que ha iniciado su camino espiritual. En cambio, si se cae en la auto-satisfacción del poder recién descubierto y se olvida que lo hecho es sólo hecho para revelar la naturaleza reinante de quien lo hace (Spiritus) así como para procurar su ejercicio y evolución, se cae nuevamente y más profundo en la esclavitud en el reino del Demiurgos, alejándose aún más del amor de Sophia al aferrarse con aún mayor tenacidad al abrazo del olvido. Icaros es devorado por el sol y la bestia entierra sus garras en el cuerpo de Adán.
El gobierno de la ilusión es insubstancial en cada rincón ¿Qué vale un océano de nada? El engaño está en creer que la acumulación de vacío acabará por llenar la vacuidad, pero incluso la corona más lujosa es sólo un estigma de falsedad, un reinado de polvo. Cuídate de la corona de falso oro.
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