Este ejercicio se recomienda
ampliamente para ejercitar las facultades de visualización, concentración,
organización de los pensamientos abstractos y memoria, que son facultades
fundamentales para la práctica de la Magia.
Primeramente deberá elegirse
un lugar silencioso y tranquilo donde no se pueda ser perturbado, que tenga
condiciones climáticas favorables y que permita al practicante abstraerse
libremente en sus pensamientos sin ningún distractor exterior, ruido, persona,
etc.; esto debido a que el ejercicio requiere suma concentración y una
proyección total hacia el interior de uno mismo. Se procurará que el ejercicio
se realice siempre a la misma hora y bajo las mismas condiciones para que se
favorezca la ritualización del mismo.
Habiendo logrado la completa
relajación previa mediante unos minutos de respiración controlada y meditación,
se procede en la misma posición cómoda a imaginar un mundo, un planeta, un
lugar, cualquier zona en el universo existente o imaginario que se desee y se
considere propicia para habitar en ella; puede ser una reproducción de este
mismo mundo o un planeta surrealista de otra dimensión, el punto es que sea afín
con la personalidad más profunda del practicante, uno debe evocar las características
de su mundo ideal de ensueño y construir con ellas el mundo interior que se
está imaginando. Se va a detallar en la imaginación cada pormenor de esta zona,
cada árbol, montaña, rio, edificio, animales míticos o reales, etc., hacer
énfasis en el detalle es muy importante ya que con ello se estará practicando
la visualización, por lo cual se debe construir detalladamente en la mente con
detalle de artista la zona en la que se habitará en la visualización y donde se
va a construir el castillo de luz. Es importante que se recuerde cada zona a
detalle de manera que en la continuación de cada nueva práctica del ejercicio
todo se recuerde igual a como fue imaginado en la primera vez; uno debe tomarse
su tiempo y construir con dedicación cada detalle, esto puede tomar varias sesiones;
una práctica bien realizada va a requerir que se dediquen varios días o semanas
a la construcción de la zona donde se va a construir el castillo, hasta que se
logre recordar cada detalle con precisión y claridad cada que se vuelva a la
zona, antes de comenzar la construcción del castillo en sí.
La idea aquí es ser el
artista/arquitecto de un mundo imaginario que tendrá tal solidez en la memoria
e imaginación que se podrá recurrir a él como a una memoria vívida de un lugar
real el cual se ha frecuentado muchas veces, cada detalle que se elija incluir
deberá ser recordado en cada nueva “visita” al mundo interior propio.
Una vez que se tenga definido
y “solidificada” la visión del mundo interior, entonces se comenzará la
edificación del castillo interior, piedra por piedra.
“Castillo” es sólo una
palabra para ejemplificar una zona que se dedicará como habitación interior,
puede ser un templo, un bosque, un edificio futurista, una biblioteca, puede
ser lo que sea que el imaginante considere afín a su persona siempre y cuando
tenga la capacidad de tener zonas separadas y clasificadas, para lo cual es
preferente un edificio. Se imaginará lenta y determinadamente cada detalle,
construyendo una habitación por sesión, colocando los pormenores de los
inmuebles dentro de cada una, eligiendo los colores, las ventanas, la vista; se
debe ejercitar al mayor grado posible la propia facultad de visualización y
retención de imágenes, ya que esta es la finalidad primordial del ejercicio. Se
debe saber que cada habitación tendrá una finalidad particular y ninguna estará
de sobra, se usará cada una para “guardar” los contenidos mentales de cierto
tipo en cada zona, de manera que habrá un piso para los recuerdos amorosos, con
una habitación para cada persona por ejemplo;
o se diseñará un sótano secreto de gran seguridad para guardar los
recuerdos más dolorosos y traumáticos, así como los pensamientos que se
consideren dañino para el propio ser; puede haber una biblioteca de
aprendizajes personales, una sala para debatir con los espíritus personales,
una torre donde se elaboran los planes a futuro, un santuario donde lo más
profundo y sagrado de uno mismo es contemplado, etc. Para cada habitación habrá una llave, una
clave de acceso, una forma de pase, que tendrá características particulares que
deberán ser representadas y recordadas como toda otra cosa dentro del castillo,
que serán usadas al entrar de nuevo a cada zona; se procederá entonces conforme
se avance en la construcción del castillo y cuando se quiera acceder a los
propios contenidos mentales, a acudir a sus zonas para memorizar un asunto o
recurrir al aprendizaje de algo, dirigiéndose hacia la habitación
correspondiente tomando el objeto, pintura, escultura, escrito, dibujo, lo que
sea, pertinente que represente tal pensamiento o memoria.
Ya se puede comenzar a
entender que la tarea de la construcción del castillo de luz es monumental, y
no se logrará de un día para otro, sin embargo los beneficios de esta práctica
exceden por mucho al esfuerzo que se coloca en ella, ya que la claridad del
pensamiento, la memoria, la rapidez de deducción y recuerdo, la capacidad de
visualización y concentración, de evocación de pensamientos e imágenes a voluntad,
todo ello se ve grandemente incrementado y refinado con la práctica, lo que
ayuda al practicante en todas las zonas de su vida, especialmente laborales,
académicas y mágicas.
Puede tomarle meses a uno
finalizar la construcción del castillo de luz, aunque a decir verdad y en
experiencia propia, la construcción del propio castillo interior no tiene fin,
ya que mientras se van adquiriendo experiencias nuevas y la propia persona y
las creencias y perspectivas se van modificando, se va haciendo necesario hacerle
modificaciones estructurales y de contenido al castillo, para que se adapte a
los nuevos gustos y conocimientos que uno desarrolla. La paciencia es la
facultad dominante en esta práctica, se debe dedicar atención a los detalles y
no intentar construir mucho de golpe, ya que no podrá ser recordado o perderá
detalles con el tiempo mientras se
construyen otras zonas; habrá que construir detalle a detalle y con dedicación
cada pequeño componente de nuestro grandioso interior representado en el castillo,
las facultades que se adquieren con esto así como la fabulosa herramienta que
resulta el producto final para ampliar la propia consciencia y el entendimiento
definitivamente valen el tiempo y dedicación que se pueda invertir en ello.
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